“Un agente de policía le dijo una vez a un magistrado de la
Corte Federal que los defensores no son más que frenos en el coche de la
justicia. El juez respondió que un coche sin frenos no sirve para nada. Un
proceso penal funciona solamente en el marco de este juego de fuerzas.”
Ferdinand von Schirach se vale de su experiencia dilatada como
abogado para relatar en Crímenes
(2009), su debut en la ficción, una serie de casos penales principalmente centrados en
homicidios. A mi modo de ver, el libro no exige mucho al lector. Los destellos de humanidad de
alguna historia (como la del trastornado atracador de un banco del último
relato) mitigan mi opinión no muy favorable sobre el volumen y me recuerdan
algunos de los casos clínicos de El
hombre que confundió a su mujer con un sombrero. Sin embargo, he de reconocer que la mayor
parte de la lectura he pasado páginas sin mucho interés y me ha parecido, en
cuanto a estilo, más bien pobre, por lo que no está lejos de poder ser
considerado como fast food. Para los
que busquen algo comercial de digestión rápida.