-No es necesario, ni siquiera conveniente, que respetes a todos, pero sí que lo aparentes. -Di la verdad como si mintieras y nadie dudará de tus mentiras.
-No vayas a todos los sitios que podrías ir, ni aceptes todas las invitaciones que recibas. Piensa que el omnipresente está siempre a un paso del olvido. Porque has de tener siempre presente que en la cosa social se impone sobre el que siembra de continuo el que domina con precisión el arte del barbecho.
-El que a buen árbol se arrima debe tener cuidado con los vertidos de los pájaros que anidan en sus ramas.
-Un buen regalador debe (…) elegir objetos que, no ofendiendo el gusto propio, satisfagan el del destinatario, que constituye su esfuerzo principal. Y si no fuera esto posible, por ser ambos de gustos contrapuestos, deberá plegarse al del regalando, que prevalece siempre salvo cuando la incompatibilidad es de tal grado que es preferible no regalar nada y cambiar de amigo.
-Si ya has visto que te han visto, no mires si te miran.
-Nunca es el silencio la mejor respuesta, porque los que están en contra creerán que otorgas y los que están a favor desconfiarán de tu tibieza. Sólo es elocuente el silencio en el desprecio, porque, como dice Plutarco, responder a todos es rasgo de servilismo y falta de dignidad. -La peor crítica: recela siempre de los que sólo dicen de tu libro que está bien escrito.
-La buena educación es un catálogo de pautas para no resultar desagradable; una educación completa incluye, además, saber serlo en el momento oportuno.
-Sólo debes escribir como hablas si hablas bien. De lo contrario, ni hables ni escribas.
-Si de ordinario tienes el gesto torcido, exíliate en Pisa.
-Cuando vayas a expresar una opinión extrema deja siempre la puerta abierta a una interpretación en broma.
-Despégate de los que confunden la lucidez con el lucimiento.
-Hay en las personas bondadosas arrebatos súbitos y poco frecuentes de cólera, malicia o mezquindad que, quizá por su rareza, no son nunca perdonados. Sin embargo, los destellos de piedad en los criminales, el chispazo oportunista e inconsciente del mediocre, los redimen en la opinión ajena de todo el mal que hayan causado.
-Qué pena sería, tras haber leído todos los libros, darse cuenta de que la carne no era tan triste. [En alusión al conocido verso de Mallarmé: “la carne es triste, ¡ay!, y yo he leído ya todos los libros.”].
-Creía Nietzsche que si la vida humana fuese más larga el número de individuos maduros sería mayor. El tiempo lo ha desmentido porque el aumento de la esperanza de vida se ha hecho, en la mayoría de los casos, mediante el incremento de las etapas de la infancia y la senilidad.
-No quiso hacer nada que pudiera ser malinterpretado: no hizo nada.
-Porque suele decirse, de un modo un tanto superficial, que una prueba de la veracidad de la fe cristiana es que ha sobrevivido pese a los desmanes y los crímenes de la Iglesia, pero, por un razonamiento similar también podría decirse que ha sobrevivido gracias a ellos.
-El que trabaja en ayuda de los oprimidos en lugar de luchar contra la opresión tal vez sólo busque conservar su empleo.
-Snob: no digas que conoces a quien no te reconoce.
-Te pierden las formas, no porque tu fondo sea bueno, sino porque con mejores formas, podrías ocultarlo más fácilmente.
Juan Varo Zafra, Desaforado (Alhulia, 2002).