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06 octubre 2019

"Rialto, 11", de Belén Rubiano



A Belén Rubiano la sigo en Instagram y sin duda me parece una persona especial (que ame los libros con toda su alma ayuda a que la miremos con buenos ojos). Su ópera prima, Rialto, 11, que edita Libros del Asteroide, gira en torno a parte de su aventura como librera en la ciudad de Sevilla, primero como empleada y luego como autónoma en solitario. Como nos advierte el subtítulo, "Naufragio y pecios de una librería", el negocio hubo -no sin drama- de cerrar. Nos quedan, no obstante, los frutos de la experiencia y una plétora de anécdotas.

El título, con coma y dígito, evoca una obra mítica de los libros sobre librerías: 84, Charing Cross Road. Durante la primera mitad de la lectura, llegué a pensar que los méritos literarios de Rialto, 11 superaban los de la novela epistolar de Helene Hanff, que pese a la belleza indiscutible que la historia destilaba no encontré demasiaddo afortunada en lo que a estilo -traducción mediante- se refiere.

"De modo que fueron pasando las horas, los días y, con ellos, las estaciones, pues nunca, desde que hay testimonio del mundo, han sucedido los unos sin las otras y hubiera quedado raro".

En la segunda mitad, por el contrario, los deslices pesan más que los aciertos, y uno cierra el libro con un sabor no del todo dulce. Me ha parecido encontrar un error de concordancia: "el ejemplar dedicado por mí que decoloró el tiempo y la luz de Sevilla en el escaparate de Rialto", se lee (página 134) donde cabría leerse "decoloraron", en plural. Diez páginas después hallamos otro fallo gramatical, en esta ocasión un quesuismo: "O sea, que nunca había pisado la librería de la que tanto amaba su encerado" (en lugar de "cuyo encerado amaba tanto"). También abundan las repeticiones de palabras en corto espacio, y podemos encontrar dos veces el copulativo "era" en la misma línea, sin una intención expresiva que justifique esa repetición. En otras ocasiones, dentro de esa tendencia a "escribir como se habla", la autora acierta y halla recursos literarios afortunados.

Lo mejor: la inteligencia, la sensibilidad y el amor a los libros que trasmina, por no hablar de la chispa y el sentido del humor a la hora de contar las sucesivas anécdotas.
Lo peor: que podría, a ratos, estar mejor escrito.

Rialto, 11 en Al sur, con Jesús Vigorra.

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