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02 octubre 2021

"Ilíada", de Homero


A veces uno no sabe, tras leer este tipo de clásicos, si merece la pena dedicar una entrada en el blog, porque qué decir que no se haya dicho ya. Había leído la Odisea en el verano de 2001, un libro seguramente más ameno y atractivo por el sinfín de aventuras en las que Odiseo se ve envuelto, las criaturas mitológicas con las que se cruza, etcétera. La Ilíada, como sabemos, es de temática principalmente bélica. Narra las vicisitudes de la Guerra de Troya, pero no en su conjunto, sólo en lo que respecta a la etapa de la cólera de Aquiles, durante el décimo año de la guerra. Así lo vemos en la frase primera del libro, que durante siglos servía para identificar la obra como actualmente lo hace el título:

 

"La cólera canta, oh Diosa, del Pelida Aquiles, maldita, que causó a los aqueos incontables dolores..."  

 

Los griegos nunca son llamados así, sino aqueos o argivos, o dánaos y, en ocasiones, panhelenos. Según cuenta Irene Vallejo en El infinito en un junco, este libro lo llevaba Alejandro Magno consigo en sus conquistas, y lo ponía bajo la almohada allí donde dormía. Por aquella época (siglo IV a. C.) el formato de los libros era el rollo de papiro, y lo habitual (incluso en las bibliotecas, que hoy asociamos al silencio) la lectura en voz alta. Los griegos al escribir, por cierto, no dejaban espacio entre las palabras. Sí reconocieron ya la figura del autor, a diferencia de los egipcios, donde predominaba el anonimato. Zenódoto de Éfeso, primer bibliotecario de Alejandría, fue también el primer editor crítico de Homero. El autor de la Ilíada -parece que era ciego- vivió en el siglo VIII a. C. y la lejanía en el tiempo crea algunas sombras sobre su figura. El componente oral era predominante en la literatura de la época, y parece que la Ilíada era recitada por los rapsodas de entonces, los aedos (Homero era uno de ellos), que debían poseer una memoria de elefante para declamar poemas épicos tan extensos, aunque la obra se dividiera en varias sesiones. Ayudaban a la memorización recursos como los epítetos épicos o las fórmulas, presentes también en otras epopeyas occidentales como el Poema de Mio Cid. Otro recurso habitual es la comparación. Los símiles a veces se alargan durante varios versos: "Como cuando dos torrenciales ríos se despeñan montes abajo y en la confluencia de dos valles juntan sus crecidos caudales procedentes de altos manantiales dentro de un cóncavo barranco y a lo lejos el pastor escucha su ruido en los montes, así eran los alaridos..."


Muy citada había visto la frase de Homero "como las generaciones de las hojas, así las de los hombres", para reflejar el ciclo de la vida, que he visto que procede de la Ilíada, cuando en el canto IV (la obra se compone de un total de 24) un personaje dice:

 

"¿Por qué me preguntas mi linaje? Como el linaje de las hojas, tal es también el de los hombres. De las hojas, unas tira a tierra el viento, y otras el bosque hace brotar cuando florece, al llegar la sazón de la primavera. Así el linaje de los hombres, uno brota y otro se desvanece."

 

La batalla a veces la permean imágenes poéticas, y otras la narración se recrudece con detalles de gore y casquería, algo morbosos: cabezas cercenadas que ruedan como una pelota, dientes que saltan, encéfalos que afloran, lanzas que los guerreros envasan en la espalda del enemigo, derramamiento de vísceras. A veces se crea suspense retrasando la lucha, creando expectación en el lector, con recursos de la actual novela negra. Se produce un inevitable choque estético al comenzar la lectura (el lector de 2021 siente la barrera de los siglos -y aun de los milenios-, que puede dar cierta pereza). Pero a las pocas páginas he conseguido entrar en la propuesta y disfrutar de esta epopeya, curioso por ver cómo estaba hecho ese clásico de la Grecia Antigua que en tan alto lugar del canon reposa, y ante el que parece no caber otra reacción por parte del lector contemporáneo que no sea la del aplauso genuflexo.

 

"No será por la espalda y huyendo como me clavarás la pica; ¡en el pecho, según vaya furioso en derechura, húndemela!", exclama uno de los guerreros (las puñaladas por la espalda, comprobamos, ya tenían mala prensa hace milenios). No deja de ser curioso que, durante siglos, los hechos de la Guerra de Troya se consideraran pura ficción, hasta que de forma tardía, avanzado ya el siglo XIX, el arqueólogo Schliemann descubriera restos de la antigua Troya. En un momento dado, Aquiles piensa en su posteridad, en que prefiere morir con honor en batalla y ganar la gloria a sobrevivir sin ella. Siglos después, Montaigne escribiría, en la misma línea, en sus Ensayos: "¿Quién no entregará gustoso salud, reposo y vida, a cambio de fama y gloria...?" 


Algunas curiosidades: Melibea, nombre de la enamorada de la Celestina de Fernando de Rojas, aparece en esta obra como topónimo. La palabra "estentóreo", descubro, procede de un personaje de este libro, Esténtor, que tenía una potencia de voz apabullante, voz "estentórea". A veces en el texto leemos cosas como "los dioses y las diosas", "los troyanos y las troyanas". Cabe preguntarse si son producto de la traducción o si estaban en el original estas expresiones que hoy asociamos al lenguaje inclusivo.

 

En ocasiones, las notas de la edición de Gredos (con traducción de Emilio Crespo) hablan de contradicciones en el texto de esta obra que ha sobrevivido a siglos, a milenios. Pero si la Victoria de Samotracia o la Venus de Milo se consideran admirables estando mutiladas, a la Ilíada no cabe negarle esa consideración estando, según parece, completa.

2 comentarios:

  1. Para no saber bien qué decir, lo has dicho con mucha contundencia, jaja. Me ha gustado mucho la reseña. Yo tengo La Iliada y la Odisea esperando en la estantería, pero me da respeto empezarla.

    Mi libro es de hace 50 años y, movida por la curiosidad, he ido a buscar algún punto en el que digan dioses y diosas y... ¡Lo he encontrado! Debía de estar así en el original. ;-)

    Gracias por tu reseña. Me ha gustado mucho.

    ¡Un abrazo!

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    1. Hola, Narayani. Creo que es más ameno empezar por la "Odisea". Dioses y diosas... Como ahora descubramos que Zeus ya usaba lenguaje inclusivo..., jeje. Gracias por la atención prestada. Un abrazo.

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