Cuando leí este libro me entraron muchas ganas de recomendarlo. Quizá porque, aparte de ser bueno, es corto, y me parece que no será mucha molestia dedicarle un rato. Agosto, octubre es el último libro de Andrés Barba, uno de los autores seleccionados por la revista anglosajona Granta entre los jóvenes escritores más prometedores que escriben en lengua española. Las listas son casi siempre discutibles, pero a juzgar simplemente por este libro Andrés Barba merece en mi opinión ser incluido en ella.
La novela se divide en dos partes, una en agosto y otra en octubre, dos etapas que contienen sensaciones diferenciadas, dos estaciones sentimentales. En agosto nos metemos en el mundo mítico de los veranos de la adolescencia. El protagonista pasa las vacaciones en un pueblo costero donde conocerá a un grupo de gente que lo llevará al descubrimiento del sexo, la violencia, la muerte… Se trata de un tiempo de novedades, de cambios, de autoconocimiento, de maduración, de pasos en falso, de dudas en definitiva. En la parte de octubre encontramos al protagonista de vuelta en la ciudad, en su día a día, incapaz de olvidar cierto suceso relevante del verano que sería una pena desvelar aquí. Esta parte logra conmover, a mí al menos me dejó una sensación honda de melancolía.
La forma de escribir de Andrés Barba también hace placentera la lectura. El lector se encontrará cada poco ante un hallazgo expresivo, un adjetivo inesperado, una audaz combinación de palabras. En un momento dado, por ejemplo, escribe: “y entonces sentía una violenta ternura por ella, por su pequeñez…” Violenta ternura. Me llamó la atención esa asociación, esas palabras que podrían parecer hasta antitéticas pero cuya unión aporta un matiz de intensidad interesante. Una lectura que, en definitiva, nos gustaría que se prolongase a lo largo de más páginas. Y el final es muy bueno. Buen libro, este que en 2010 publicó en Anagrama Andrés Barba. Buena literatura.