"A veces me visita —ciego ahínco—
el monstruo de los celos, la pereza,
la gula o el azote de la culpa.
De toda humana falta, yo me acuso.
Si alguna vez te hiere por ejemplo
mi torpeza, mi miedo o mi desidia,
perdóname amor mío.
Que más preciada empresa no concibo
que deshojar mi vida mereciéndote."
Raquel Lanseros.