09 mayo 2010

El imitador de voces


Dejo por aquí un primer fragmento, titulado “Autor caprichoso”:

“Un autor, que sólo escribió una sola obra teatral, que sólo debía representarse una sola vez, en el, en su opinión, mejor teatro del mundo e, igualmente en su opinión, sólo por el mejor escenógrafo del mundo e, igualmente, en su opinión, sólo por los mejores actores del mundo, se apostó, ya antes de que se levantara el telón del estreno, en el lugar más apropiado para ello, aunque totalmente invisible para el público, apuntando con un fusil-ametrallador, expresamente fabricado con ese fin por la casa suiza Vetterli y, después de levantarse el telón, se dedicó a disparar un tiro mortal en la cabeza a todo espectador que, en su opinión, se reía a destiempo. Al término de la representación, en el teatro no había más espectadores que los que había matado a tiros y, por lo tanto, espectadores muertos. Ni los actores ni el director del teatro se dejaron distraer por un segundo, durante toda la función, por el caprichoso autor ni por lo que hacía."

El imitador de voces (1978) está compuesto por unas cien historias breves, de una longitud aproximada de una página, algo que lo hace realmente atractivo para ser leído en cualquier lugar o momento.
Se trata de textos empapados en algunos casos de humor negro, otros constituyen tragedias de las que ya no nos reímos, en otras ocasiones aparece un Bernhard irreverente, en otras tierno, otras incitan incluso a la reflexión o están atravesadas por el absurdo.
Sorprende la apariencia ligera con la que, en unas líneas, Thomas Bernhard es capaz de contar cosas a veces profundas, la hondura que alcanza en breves inmersiones de una página. Hace pasar algunas historias por casos jurídicos reales, lo cual les aporta mayor verosimilitud.
Este libro ha supuesto para este que escribe el placer de descubrir a un autor del que había oído hablar, y muy bien por cierto, pero a quien hasta la fecha no había leído. Tras hacerlo, tecleé su nombre en Google y leí que esta se considera una obra menor suya. Uno no sabe si pensar en cómo serán las demás o acabar concluyendo que su apariencia humilde de historias brevísimas facilita que sea despreciada de esa forma. De cualquier forma, habrá que seguir leyendo a Bernhard para comprobarlo, cosa que, si no estamos demasiado equivocados, será una gozada.

Concluyo la entrada dejando por aquí otro fragmento:

"El profesor Moosprugger dijo que fue a esperar a la Estación del Oeste a un colega, al que sólo conocía por correspondencia, pero no personalmente. Dijo que, realmente, esperaba a otra persona distinta de la que realmente llegó a la Estación del Oeste. Cuando le hice observar a Moosprugger que siempre llega una persona distinta de la que esperamos, se puso en pie y se fue, con el único objeto de romper todos los contactos que había hecho en su vida y deshacerse de ellos."

11 comentarios:

  1. Está muy bien lo que has transcrito, tiene muy buena pinta el tal Bernhard...

    El fragmento relativo al teatro y las muertes a los espectadores que -según la impresión subjetiva (donde las haya) del autor de los disparos- reían a destiempo, me recuerda a la historia aquella del General Narváez en su lecho de muerte y su reacción y respuesta ante la exhortación del sacerdote de que debía perdonar a sus enemigos: ante la sugerencia del cura, Narváez dijo que no podía perdonar a sus enemigos puesto que los había fusilado a todos...

    Lo de que siempre viene una persona distinta de la que espereamos es bastante cierto...y también lo es que el autor que nos ocupa(Bernhard), bajo la cándida apariencia de sencillos mini-relatos aprovecha y lanza unas cuantas cargas de profundidas...quizás esté apuntando al proceso de idealización en el que todos, en algún momento, incurrimos...o a la subjetividad de la percepción individual, siempre condicionada por factores psicológicos y emocionales que impiden ver la realidad a través de una lente perfecta, sino más bien transfigurada...

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  2. No conocía o al menos no recordaba la historia del general Narváez, pero estoy de acuerdo en lo que comentas sobre los fragmentos. En el caso del autor caprichoso, por supuesto que es subjetiva su opinión, supongo que con tanto recalcar eso de "en su opinión" lo que quiere Bernhard con este relato es criticar la vanidad de algunos autores o al menos de ese en concreto. Es hilarante, la historia.

    Por otro lado, gracias por enriquecer la entrada con tu comentario ;)

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  3. No había reparado en la intención del autor al emplear reiteradamente la expresión "en mi opinión", pero ya que la refieres cobra bastante verosimilitud, sí...desde luego hay pocas cosas casuales, y sí muchas causales, y tratándose de un escritor seguro que todo cuanto escribe tiene una explicación, y nada es por que sí.

    Y no me des las gracias por "enriquecer la entrada", gracias a ti por ayudarme a mí a enriquecerme leyendo tu blog: mi cultura humanística no me da ni para llegar a la noche y leyendo en sitios como este, cubro algunas lagunas :)

    Fe de erratas: es carga de "profundidad", no "profundidas".

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  4. Ramón, no me digas que tu cultura tiene muchas carencias que se nota que estás puesto en bastantes cosas. Con el blog sólo trato de compartir un poco las lecturas que uno ha hecho para que no queden en algo demasiado solitario. Por otro lado, carencias todos tenemos, y en la materia que tú dominas muchas más. Aquí simplemente compartimos lecturas y poco más, por eso te digo que si quieres recomendar algún libro no dudes en hacerlo, seguro que conoces cosas interesantes.

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  5. El blog es de los mejores que he visto sobre literatura, tan solo echo en falta una mayor atención a los "clásicos": por ejemplo, me viene ahora a la mente Baltasar Gracián, no sé si conoces un poco su obra. "El Criticón" está considerada su obra cumbre y una joya bibliográfica que llevó a grandes del pensamiento como Nietzsche o Shopenhauer extrañarse porque no tuviera más resonancia...

    pdata: haces muy bien en compartir las lecturas, soy de los que piensan que la actividad que consiste en leer cobra mucho más significado y valor si es compartida que si no lo es.

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  6. Gracias por echarle flores al blog, pero hombre, tampoco hacía falta. A Gracián lo conozco pero muy poco, no he leído "El Criticón", aunque sí que había oído hablar de él. Y tomo nota en lo que dices de los clásicos, aunque ya le dediqué una entrada al "Elogio de la locura" de Erasmo y otra a "Esperando a Godot" de Beckett, y Bernhard también es para muchos un clásico del siglo XX. Pero, lo dicho, tomo nota.

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  7. Tienes razón, leí la entrada sobre el "Elogio de la locura" y de pasada lo de "Esperadando a Godot", dos grandes clásicos...

    Te recomiento encarecidamente "El Criticón", creo que un avezado lector como tú no puede dejar de leerlo.

    Un saludo.

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  8. Oye, que las flores no son gratuitas: pienso en verdad que el blog es muy bueno, y tú, merluzo, a ver cuándo te llegas un día con tu padre al Bar de la Rata y echamos unas cervezas -con o sin alcohol- juntos; allí podemos charlar sobre el blog, sobre literatura y sobre tías buenas; ¿no te parece? :)Un abrazo Jesús, campeón. Ramón.

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  9. Bueno, gracias por el halago, el ego lo agradece.

    Y, en cuanto a las cervezas, a ver si algún día me paso.

    Mucha suerte para cuando te presentes, Ramón.

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  10. Muchas gracias, el 20 de junio tengo mi primera prueba de fuego, en la bella y mítica Granada :)

    Gracias por desearme suerte, se agradece porque hasta ahora no he tenido mucha, la verdad.

    :)

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  11. Dejo constancia de que he estado por aquí...
    Interesante este Bernhard!!
    Un beso,

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