La tecnología avanza. Lo que hoy nos parece futurista mañana se convierte en realidad. Hace equis años (¡viva la exactitud!) se veía como algo poco real que la gente pudiera trabajar desde su propia casa. En Japón ya lo hacen, según dicen, una de cada cinco personas. Se habla del internet de las cosas, de frigoríficos que harán un pedido al supermercado cuando se den cuenta de que falta leche, de lavadoras programables desde fuera de casa (claro que también, dicen, habría hackers que te la podrían infectar con un virus y aquello empezaría a echar agua por todos lados). Por qué no, como plantea Her (2013), la última película de Spike Jonze, un hombre que se enamora perdidamente del sistema operativo de su ordenador (que, por cierto, tiene la sensual voz de Scarlett Johansson).
Theodore (Joaquin Phoenix) es un hombre solitario en proceso de divorcio que trabaja como escritor de cartas por encargo. Tras instalar un novedoso sistema operativo en su ordenador, un ente intuitivo, buen conversador y en constante evolución, inicia con él una relación que llega a unos niveles de intimidad que no imaginaba. No es el único: en la sociedad del futuro que retrata la película, se citan más casos de personas enamoradas de sus sistemas operativos (e incluso de sistemas operativos que dan calabazas a sus usuarios, no es que sean facilones, oye).
La temática nos lleva a pensar, cómo no, en la interesante serie británica Black Mirror. El director de Cómo ser John Malkovich (1999) ha creado en esta ocasión una cinta intimista, de aire melancólico, para almas sensibles. Algunos dicen que cursi. A mí me ha gustado verla. Joaquin Phoenix está muy bien, y también la Johansson, de la que sólo oímos la voz en la película. El guión y la fotografía también me convencen.
La película tuvo cinco nominaciones en los últimos Óscar y se llevó el de guión original. Si aún no la habéis visto y decidís hacerlo, en versión original si puede ser. Dejo tráiler.
La temática nos lleva a pensar, cómo no, en la interesante serie británica Black Mirror. El director de Cómo ser John Malkovich (1999) ha creado en esta ocasión una cinta intimista, de aire melancólico, para almas sensibles. Algunos dicen que cursi. A mí me ha gustado verla. Joaquin Phoenix está muy bien, y también la Johansson, de la que sólo oímos la voz en la película. El guión y la fotografía también me convencen.
La película tuvo cinco nominaciones en los últimos Óscar y se llevó el de guión original. Si aún no la habéis visto y decidís hacerlo, en versión original si puede ser. Dejo tráiler.
Yo aún estoy por verla. Debe ganar mucho en versión original, sí.
ResponderEliminarJoaquin Phoenix es un genio y se come la película, aunque me esperaba más. Espero que cale el inquietante mensaje de incomunicación que le espera a una sociedad inminente.
ResponderEliminarUn saludo, Jesús.
Her mata el amor, creo que la aparición de esta película es una señal apocalíptica.
ResponderEliminarOptimista no es, desde luego. Gracias por comentar, Camila. Un saludo.
ResponderEliminarSí, Bea, yo te recomendaría que la vieras en VOS, aunque hay muy buenos actores de doblaje lo ideal siempre es ver el original, y en algunos casos todavía más. Creo que este es uno de ellos.
ResponderEliminarUn saludo, Rafael. Joaquin Phoenix hace un gran papel, la verdad.
La verdad es que tengo esta película, la compré recién salida al mercado y la vi en su momento y la tengo en la agenda de los revisionados inmediatos. La calificaría en el género (no se si inventado) de cienciaficción romántica y la comparo con un divertido capítulo de "La que se avecina". Me cuesta creer que una persona en su sano juicio pueda enamorarse de una computadora como por ejemplo la voz del coche que te dice que la puesta está mal cerrada. El amor se ha hecho para disfrutarlo, si es que puedes (ya me entiendes), con la persona que amas o te gusta. No se si la revisionaré en VOS con la voz de Scarlett Johansson. Juanfran
ResponderEliminarHola, Juanfran. Bueno, no se trata de una voz sin más sino de una inteligencia artificial. También hay que tener en cuenta el grado creciente de soledad y deshumanización que tiene lugar en las grandes ciudades. No sé si llegó a tus oídos la noticia de aquella moda china consistente en sacar a pasear un repollo atado a una correa, como si de un perro se tratara. Bastante triste. Y todo para sentirse un poco más acompañados. Hace tiempo que vi la película, pero lo que plantea no me resulta tan descabellado. Saludos.
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