El título
Podemos preguntarnos por qué alguien escribe un libro para elogiar algo con tan poco prestigio como la locura. Hay que tener en cuenta que, traducido directamente del latín, el título es "Elogio de la Estulticia" o de la "necedad", pero sobre todo hay que tener en cuenta que Erasmo está haciendo un ejercicio de lucimiento retórico. Desde los sofistas, muchos se deleitaron exhibiendo su ingenio al elogiar cosas de poco valor (se le llama a esto el arte de la "adoxografía"). Virgilio cantó al mosquito, Ovidio a la nuez, Sinesio a la calvicie... En el XIX, Thomas de Quincey escribió Del asesinato considerado como una de las bellas artes y no hace mucho salió un libro titulado Elogio de la lentitud.
El libro de Erasmo, publicado en 1511, se organiza en capítulos casi siempre breves que contribuyen a una lectura ágil. La prosa es clara, no parece un libro escrito hace tanto tiempo. La narradora es la propia Estulticia, que quiere convencernos de que la vida, en lo que tiene de valioso y digno de ser vivido, depende de ella. Sin ella todo sería perfecto y por lo tanto mortalmente aburrido.
La ironía
El Elogio de la locura es un texto irónico. En la introducción al libro, José Antonio Marina distingue dos tipos de ironía: la antigua y la posmoderna. La que llama "antigua" consiste, como hemos dicho, en expresar algo diciendo lo contrario. Es la de este libro. La ironía posmoderna, en cambio, es un elogio de lo equívoco, la afirmación de que nada tiene un significado preciso y, dice Marina, desemboca en el escepticismo.
Si vosotros supiérais que soy tonto no me creeríais, ¿verdad? Pues eso es lo que pasa con este libro. Como la narradora es la Estulticia, a veces tenemos que entender lo contrario de lo que nos está contando. Salvo en un caso: cuando Erasmo critica la religión oficial. En este caso la ironía le sirve como protección, ya que a los tontos se les permite decirlo todo. No obstante, en 1538 este libro fue incluido en el Índice de Libros Prohibidos y, siglos después, todavía a Menéndez Pelayo le pareció blasfemo.
Los (¿sensatos?) argumentos de la Estulticia
Como decíamos antes, la Estulticia intenta demostrar que la necedad es positiva y la sabiduría muy pesada, que la Estulticia es incluso superior a la sabiduría. Dice la Estulticia:
- Los sabios envejecen pronto, mientras que los necios alargan su juventud.
- A Sócrates su sabiduría lo llevó a ser acusado y tener que beber la cicuta.
- En la mítica Edad de Oro no existían las ciencias y todos eran felices.
- Aunque se llegue a saber algo, siempre es en detrimento de la alegría de la vida.
- Quienes se afanan por la sabiduría, se alejan de la felicidad. Los estultos están libres de desdichas: no tienen miedo a la muerte, no tienen remordimientos de conciencia, no temen, no se preocupan, no se avergüenzan, no envidian...
- Los estultos son las únicas personas francas y veraces, "¿y hay cosa más digna de aplauso que la verdad?".
- Retrato del sabio: "Un hombre que ha gastado toda la infancia y toda la adolescencia en aprender ciencias y que la parte más deliciosa de la vida la ha perdido en incesantes vigilias, cuidados y sudores y que en lo que le restaba de vida tampoco ha degustado ni un tantico de placer, viviendo siempre sobrio, pobre, triste, severo, malévolo y duro para consigo mismo y pesado y desagradable para los demás, pálido, macilento, enfermizo, legañoso, canoso y viejo antes de hora y prematuramente huido de esta vida... ¡Ahí tenéis el bonito retrato de un sabio!".
Pero no sólo de esto habla Erasmo en el libro; tiene palabras para los gobernantes, los gramáticos, los teólogos, los santos, los reyes... No hay gremio al que su espíritu crítico no alcance.
En el libro se distinguen dos tipos de locura. Una locura dañina y un segundo tipo que procede de la Estulticia, no hace daño a nadie y "se manifiesta por cierto alegre extravío de la razón". Pone el ejemplo de alguien que se pasa una semana sentado en las gradas de un teatro vacío, aplaudiendo y disfrutando porque cree que allí están representando algo. Cuando, a base de medicamentos, ve lo que ocurre en realidad (o lo que en realidad no ocurre) se queja a sus amigos diciendo que lo han matado, que no le han hecho ningún bien quitándole ese placer, ese "gratísimo error" de su mente.
Somos de la generación E.S.O.
Algunas obras relacionadas
El barco de los locos (1492) de Sebastian Brant, La nave de los locos (pintura del Bosco, siglos XV-XVI), Del asesinato considerado como una de las bellas artes (siglo XIX) de Thomas de Quincey, El elogio de la sombra (1933) de Junichiro Tanizaki, Elogio de la madrastra (1988) de Mario Vargas Llosa, Cómo me convertí en un estúpido (2002) de Martin Page, Elogio de la lentitud (2006) de Carl Honoré, Elogio de la dificultad (2007) de Estanislao Zuleta, Elogio de la infelicidad, de Emilio Lledó.
Algunas fuentes del libro
Además de la importancia de la tradición clásica y el tema de la locura, José Antonio Marina destaca la tradición carnavalesca (de lo que habló Bajtín), espectáculos que constituyen una parodia de la vida ordinaria, como un "mundo al revés". Es justo lo que hace Erasmo, poner el mundo patas arriba escudándose en la Estulticia. Algunos de estos espectáculos:
- Las festa stultorum medievales.
- Los bufones, que asistían a las ceremonias serias (acordáos de Woody Allen en Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar).
- La tradición de la "risa pascual", que permitía burlas dentro de la iglesia durante las pascuas (el cura contaba chistes).
- La Historia de Nemo (palabra que en latín significa "nadie"), un curioso texto en el que Nemo se equipara al hijo de Dios. Radolfo, el autor, dice que se enteró de la existencia del gran Nemo por los textos bíblicos. Cuando en la Biblia dice "Nadie ve a Dios", Radolfo traduce "Nemo ve a Dios", si lee "Nadie es profeta en su tierra" traduce "Nemo es profeta en su tierra", si "Nadie puede tener dos mujeres" "Nemo puede tener dos mujeres". Y así Nemo es casi como Dios, ya que hace lo que Nadie puede hacer. Parece una broma pero este libro dio origen a una secta en la época.
Para terminar, lanzo una pregunta relacionada con el libro de Erasmo: ¿creéis que es verdad ese dicho según el cual si estudias toda la vida te conviertes en un cadáver culto?
Si no compartes, si no tienes amigos,si no "VIVES" las pequeñas grandes cosas de la vida y te dedicas a ser como ese falso sabio que se ahoga en su propia acidez, tienes muchas papeletas para ser ese cadáver tan culto de tu pregunta.
ResponderEliminarCierto... Nunca está de más recordarlo.
ResponderEliminarErasmo para mi retrata a la verdadera sabiduria cuando trata de decir que el gozo del conocimiento se encuentra en ponerlo en practica, equivocarse y aprender de la vida, del plano real de la existencia. Asi se refiere al anciano sabio cuando este vive como a querido y olvida todo al final de su vida para morir como un niño. Ciertamente entre mas creesco aprendo que volver a ser niña fue lo mas autentico,dulce y feliz de mi vida.
ResponderEliminarGracias por animarte a dejar unas palabras.
ResponderEliminarTengo la impresión por lo que aquí cuentas que el tono de Ritcher en su Elogio de le estupidez es mucho más ácido y cínico que el de Erasmo de Rotterdam. Será interesante leer ambos y compararlos,no crees?
ResponderEliminarBesos,
Erasmo a veces también da caña, pero igual tiene también esa moderación renacentista. Habría que leerse los dos para comparar, como dices. Si lo haces, atentamente leeré tu entrada. Besos.
ResponderEliminar