10 julio 2010

La ciudad


El protagonista de esta novela, cuyo nombre y pasado desconocemos, se muda a una casa desde hace mucho tiempo vacía, una casa de la que sale en mitad de la noche, antes de instalarse, para comprar comida. Bajo la lluvia, sin paraguas, dejando atrás jardines descuidados, pierde el rumbo hasta que un camionero lo libra del aguacero. Algo después, aunque parece que el camino no lleve a ninguna parte, llegará a la ciudad que da título a la historia, constituida por poquísimos e ilógicos edificios y que ni siquiera tiene un letrero anunciándola en la carretera.
Así comienza esta novela del uruguayo Mario Levrero, una novela breve, de capítulos muy cortos y aire kafkiano. Os gustará si disfrutasteis leyendo El proceso. Al leerla nos invade la sensación de que el libro va surgiendo de la nada, como de la niebla: nunca alcanzamos a saber qué pasará mucho después. Se trata por lo tanto de un relato enigmático, de atmósfera onírica. El incomunicado protagonista se ve inmerso en un mundo marcado por leyes que él no conoce, un mundo asfixiante, cercano a la pesadilla y donde predomina el absurdo.
No sé si alguno de vosotros lo ha leído, ni si comparte o no mi entusiasmo, pero para mí ha sido un descubrimiento, espero tener la oportunidad de leer más de Mario Levrero.
En La ciudad (1970) de cualquier situación surge lo insólito, hechos cotidianos como hacer la compra se convierten en algo extraño. El protagonista tiene la sensación de ser manejado y nos hace sentirnos como él. En un momento dado sospecha que es un juguete y se compara con una pieza de ajedrez, más que con un jugador.

“En esta ciudad no hay medios de transporte. Ello es lógico, si se tiene en cuenta que nadie, en general, tiene intenciones de llegar, o de irse.”
“-¿Y qué ha sacado en limpio, amigo? -preguntó.
-Casi nada -respondí-. Sólo que, evidentemente, en el mundo hay muchas cosas que no comprendo. (…) Y que cada día que pasa voy comprendiendo menos.”

7 comentarios:

  1. Bueno bueno, qué gran reseña y qué buena pinta tiene el libro.

    (Aunque tengo que reconocer que sólo con citar a Kafka ya me habría llamado la atención).

    Apuntado queda en mi libreta. :)

    ResponderEliminar
  2. Y comentabas que este libro lo tenías en casa, ¿no? Ahora te toca ir a por los demás, je.
    Levrero también fue para mí todo un descubrimiento, así que cada vez que puedo no dudo en recomendarlo.

    ResponderEliminar
  3. Lahierbaroja:

    Sí, si a uno le gusta Kafka este libro es de los que hay que anotar. Además es el primer volumen de una trilogía. No hay que crearse grandes expectativas, pero R. la ha leído y dice que los otros también están muy bien. Y ya digo: corto y de capítulos cortos. Espero que te animes con él :)

    R.:

    Lo mínimo que puedo hacer es completar la trilogía, seguir por "El discurso vacío", "La novela luminosa"... Intuyo que me lo voy a seguir pasando bien con Levrero.

    ResponderEliminar
  4. Suena muy bien, eso de no saber nunca que va a pasar y de que todo esté envuelto en esa niebla onírica me parece llamativo porque como lectora habría pensado que el hecho de que la novela parezca ir haciéndose de la nada era más algo en contra que a favor. Lo leeré. Que buena reseña.

    ResponderEliminar
  5. A ver a ti qué te parece, a mí me entusiasmó. Lo de que la novela va surgiendo como de la nada es más bien una impresión subjetiva mía, tal vez no sea así. Si decís que os lo vais a leer, la reseña ya habrá conseguido algo, porque otro objetivo no tiene. Saludos.

    ResponderEliminar
  6. Comparto contigo, me causò la misma impresiòn!

    ResponderEliminar
  7. He visto tu reseña, me alegro de que te haya gustado. Leéte "El lugar" de esta misma trilogía, a mí me fascinó. Un abrazo.

    ResponderEliminar