20 enero 2013

El pentateuco de Isaac




Al principio de Las alas de la vida, el médico Carlos Cristos, aquejado de una enfermedad degenerativa que no le hace esperar otra cosa que la muerte, cuenta a la cámara que a lo largo del documental iremos teniendo conocimiento de una vida por lo general terrible, pero que, en la medida de lo posible, se tratará de contar con una sonrisa. El Pentateuco de Isaac parece redundar en esa premisa y cuenta una historia enmarcada en una época terrible (las dos guerras mundiales), pero lo hace sin olvidar el humor y el texto está trufado de numerosas anécdotas y chascarrillos judíos.

Se trata de una historia ágil narrada con desparpajo, con una sana ironía. Otra reflexión interesante, acerca de la tergiversación que se hace de las ideas con el tiempo, la encontramos cuando un personaje dice: “Acuérdese de que ni Karl Marx fue marxista, ni Cristo cristiano”. Ni Kafka kafkiano, ni Dante dantesco… Otra pregunta que nos asalta leyendo libros como este es si el simple hecho de narrar una realidad terrible asegura la calidad literaria.

“Es una ley natural: los fuertes se comen a los débiles, pero su apetito suele ser demasiado grande para su capacidad digestiva, por eso les dan diarreas y ardores que se curan con revoluciones. Estas últimas crean el caos y del caos nacen mundos nuevos; ojalá el mundo de mañana nos salga menos cagado que el de ahora.”

El pentateuco de Isaac parece un cruce entre El papel de mi familia en la revolución mundial de Bora Ćosić y La vida es bella de Roberto Benigni. No es denso y difícilmente aburre. En su contra puede jugar, eso sí, el cansancio que existe ya sobre estos temas. Y a su favor, nuestra debilidad por los libros de esta editorial. Uno lee ya un asteroide como un niño con rotuladores nuevos. El pentateuco de Isaac (1998) forma parte de la trilogía del búlgaro Angel Wagenstein, novelista tardío, sobre la situación de los judíos en el siglo XX. Los restantes títulos, de lectura independiente, son Lejos de Toledo (2002) y Adiós, Shangai (2004).

4 comentarios:

  1. Acabo de estrenarme con esta editorial a través de "Un matrimonio feliz"; y espero que en mis manos caigan otras joyitas como ésta. Una conclusión muy interesante y que parece indicar que este no es el libro de tu vida, pero que tampoco debe ser descartado. Saludos.

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  2. Parece que es otro que tiene buena pinta. El libro más bien me ha gustado, aunque a veces el equilibrio entre el humor y lo que cuenta es difícil de mantener. Yo no lo descartaría. Saludos.

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  3. Una de las reflexiones que haces ha sido la idea central de una reseña que acabo de redactar. Sin destino de Imre Kertész. ¿El hecho de narrar una realidad terrible asegura la calidad literaria? Depende de como se haga, está en la forma y no en el contenido, es lo que diferencia a "El niño del pijama de rayas" de "Sin destino" de Kertész :)

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  4. Es una pregunta que me hago a veces, generalmente leyendo libros sobre el holocausto judío. Veo que no soy el único.

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