Cada día me gusta más la colección de antologías poéticas de la editorial Renacimiento. La última que he deglutido ha sido esta Defensa personal de Juan Bonilla, que abarca de 1992 a 2006, es decir los tres primeros libros de poemas del jerezano, publicados todos por Pre-Textos: Partes de guerra (1994), El belvedere (2002) y Buzón vacío (2006). Como peculiaridad antológica, están ordenados de forma inversa, del más reciente al más antiguo. Con posterioridad a este libro, que vio la luz en 2008, Bonilla ha publicado otros dos libros de poemas (el último en 2016) en Renacimiento y una poesía reunida en la editorial Visor, además de un par de libros poéticos infantiles.
Hondo sin ser pomposo, Bonilla trata en Buzón vacío temas universales como la muerte o el amor, así como la vida literaria (como en ese poema inolvidable y lenguaraz, "La señora gorda") o una revisión de la fábula del pastor y el lobo. Sigue la plaquette titulada Tos fingida, con predominio de estrofas clásicas (incluye siete sonetos, una balada, una décima ("Una décima de fiebre"), en la que da una vuelta de tuerca al tema de la juventud, apoyado en los insignes versos de Rubén Darío:
"Juventud, divino inodoro:
te vas y no nos das pena.
Regamos tus restos con cloro
y tiramos de la cadena."
En uno de esos sonetos, escrito en alejandrinos, versiona y actualiza el Aullido de Allen Ginsberg para comenzar diciendo:
"Yo he visto a los mejores de mi generación
destruidos por el ansia de hacer mucho dinero"
destruidos por el ansia de hacer mucho dinero"
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