Son varios los puntos en común entre W. G. Sebald y Roberto Bolaño: ambos autores comenzaron tardíamente a publicar, triunfaron y murieron de forma prematura en el punto álgido de sus carreras: Bolaño en 2003, debido a una insuficiencia hepática; Sebald al parecer tras sufrir un ataque al corazón mientras iba conduciendo cuando corría el año 2001. De ese mismo año data su novela Austerlitz, que la crítica ha coincidido en señalar como su mejor libro. La opinión del que escribe estas líneas coincide con esa apreciación. En “El caso Sebald”, Rodrigo Fresán analizó los posibles motivos de la rápida canonización del autor alemán.
Pero la novela que ahora nos ocupa es Los anillos de Saturno. El subtítulo del libro, “una peregrinación inglesa”, nos sitúa en el ámbito de la literatura de viajes. En este caso, se trata de un viaje a pie por el condado de Suffolk, situado al este de Inglaterra. El protagonista es un trasunto del autor (tienen el mismo nombre), lo cual, unido a que Sebald incluye fotografías de los lugares por los que pasa, incrementa el efecto de realismo. El viaje se inicia, atendiendo a lo que nos cuenta el narrador, “con la esperanza de poder huir del vacío que se estaba propagando en mí después de haber concluido un trabajo importante”. Sabemos también desde el inicio que el viaje se prolonga a lo largo de justo un año, al término del cual el protagonista es ingresado en el hospital de Norwich, donde empieza a escribir el texto que conforma el libro.
Los anillos de Saturno es un híbrido de géneros: oscila entre la autobiografía y la ficción, entre la novela, el libro de viajes y el ensayo. A veces me he preguntado: ¿es esto realmente una novela? El escaso uso del punto y aparte dota de densidad a un texto se diría ensayístico en el que Sebald hace gala de erudición y nos habla de diversos temas que su prosa va enlazando: desde la Lección de anatomía del doctor Tulp de Rembrandt hasta los pormenores de la pesca del arenque en las costas británicas, de los crímenes cometidos en el curso de la civilización del Congo al cráneo de Thomas Browne, de Chateaubriand o Swinburne a lo favorable o no del clima francés para el desarrollo de la sericicultura, pasando por historias de los emperadores chinos o referencias a Roger Casement, personaje de actualidad por ser el protagonista de El sueño del celta, la última novela del Nobel peruano Mario Vargas Llosa.
La prosa del autor es de una gran claridad, no presenta problemas de comprensión. El estilo destaca por encima de la trama. Sebald, que se preciaba de no leer a sus contemporáneos, se ha convertido en los últimos años en un autor de referencia en el panorama literario actual. Entre sus adeptos cuenta con autores como Javier Marías. Particularmente, disfruté mucho con Austerlitz, pero reconozco que me he aburrido bastante con este libro. No he acabado de cogerle el punto.
Pero la novela que ahora nos ocupa es Los anillos de Saturno. El subtítulo del libro, “una peregrinación inglesa”, nos sitúa en el ámbito de la literatura de viajes. En este caso, se trata de un viaje a pie por el condado de Suffolk, situado al este de Inglaterra. El protagonista es un trasunto del autor (tienen el mismo nombre), lo cual, unido a que Sebald incluye fotografías de los lugares por los que pasa, incrementa el efecto de realismo. El viaje se inicia, atendiendo a lo que nos cuenta el narrador, “con la esperanza de poder huir del vacío que se estaba propagando en mí después de haber concluido un trabajo importante”. Sabemos también desde el inicio que el viaje se prolonga a lo largo de justo un año, al término del cual el protagonista es ingresado en el hospital de Norwich, donde empieza a escribir el texto que conforma el libro.
Los anillos de Saturno es un híbrido de géneros: oscila entre la autobiografía y la ficción, entre la novela, el libro de viajes y el ensayo. A veces me he preguntado: ¿es esto realmente una novela? El escaso uso del punto y aparte dota de densidad a un texto se diría ensayístico en el que Sebald hace gala de erudición y nos habla de diversos temas que su prosa va enlazando: desde la Lección de anatomía del doctor Tulp de Rembrandt hasta los pormenores de la pesca del arenque en las costas británicas, de los crímenes cometidos en el curso de la civilización del Congo al cráneo de Thomas Browne, de Chateaubriand o Swinburne a lo favorable o no del clima francés para el desarrollo de la sericicultura, pasando por historias de los emperadores chinos o referencias a Roger Casement, personaje de actualidad por ser el protagonista de El sueño del celta, la última novela del Nobel peruano Mario Vargas Llosa.
La prosa del autor es de una gran claridad, no presenta problemas de comprensión. El estilo destaca por encima de la trama. Sebald, que se preciaba de no leer a sus contemporáneos, se ha convertido en los últimos años en un autor de referencia en el panorama literario actual. Entre sus adeptos cuenta con autores como Javier Marías. Particularmente, disfruté mucho con Austerlitz, pero reconozco que me he aburrido bastante con este libro. No he acabado de cogerle el punto.
otro autor con el que tengo que estrenarme, pensaba comenzar con este pero visto lo que cuentas me animaré mejor con Austerlitz, y eso que a mí eso de los géneros híbridos en un libro suele gustarme bastante, un abrazo
ResponderEliminarPues sí, si me pides mi opinión te recomendaría empezar mejor por "Austerlitz", a ver si comenta alguien más y te llevas más opiniones. Por cierto, creo que también se podría decir que "Austerlitz" está entre varios géneros. También se me hizo lento al principio, pero después Sebald te da lo bueno, y merece la pena. Un abrazo.
ResponderEliminarJo, a mí ni me sonaba el nombre del autor... pero me lo apunto, con "Austerlitz".
ResponderEliminar¡Ya estoy por aquí!
Bieeen :)
ResponderEliminarA ver qué te parece Sebald. Quien leyó "Austerlitz" hace poco fue R., y también le gustó. Puede aburrir, eso sí, pero a mí me mereció la pena, sin duda.
No, no creo que me entusiasmase este libro y sus erudiciones... me aburriría, seguro. Lo dejo pasar, aunque tomo tu consejo sobre "Austerlitz".
ResponderEliminarBesos,
Perfecto, Carmen! Besos.
ResponderEliminarmaravilloso es una explicación bien dada a quien lo hizo le quedo bien felicitaciones
ResponderEliminarhola soy la hermana de la que mando el mensaje anterior y si tiene mucha razón es una explicada obra muy bien me imagino que la hicieron con esfuerzo felicitaciones le quedo padrinazgo es muy bueno para los jóvenes para alejarse de los problemas
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