10 mayo 2012

El exilio interior



Interrumpió de golpe la canción que estaba tarareando mientras se secaba. Algo inquieto, detectando ciertas variantes, barrió con la mirada el cuarto de baño, ahora que la nube de vapor permitió a los objetos delimitar sus formas. El diseño de los azulejos se le antojó tan extraño como ridículo, el bidé había desaparecido, el espejo era ahora oval.
Desde la cocina, una voz lo reclamaba cada vez con mayor urgencia. Hora de cenar. Se apresuró a bajar las escaleras: el pasamanos, el color del mármol… Para cuando se sentó a la mesa de la cocina, varias veces se había preguntado dónde estaba, porque aquella no era su casa. Como tampoco era su esposa la mujer que se comportaba como tal y le pedía que le pasase el pan con la voz monótona de quienes llevan años conviviendo.

2007

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