29 septiembre 2013

Todo lo que era sólido



Antonio Muñoz Molina toma una frase del Manifiesto comunista (“Todo lo que era sólido se desvanece en el aire”) para titular este libro, publicado en 2013, que constituye una mirada honesta y valiente a la situación de España en los últimos años (la llamada “crisis”), echando una mirada a las últimas décadas, la transición, refiriéndose en ocasiones al franquismo… 

"Recordar y contar lo que uno ha visto esforzándose por no mentir y por no halagar y por no dejarse engañar uno mismo por el resentimiento o por la nostalgia es una obligación cívica", escribe Muñoz Molina, y es la tarea a la que se aplica en Todo lo que era sólido, un libro claro, lúcido y hasta necesario. La clase política, los nacionalismos, el despilfarro económico, la quiebra de Lehman Brothers o el escaso control del dinero público que ha venido existiendo en nuestro país son algunos de los focos en los que se centra el autor para traernos un ensayo que podría ser un complemento a algún capítulo de Salvados u otros programas que hacen lo que se viene llamando “servicio público”, pero en este caso escrito por una de las mejores plumas del panorama nacional, si se me permite el superlativo.

“Había mucho dinero y no había control; o los controles eran tan débiles que sin dificultad los rompía la fuerza del dinero.”

“La mayor parte de los que tenían conocimientos y sabían hacer cosas se marcharon hace mucho tiempo de la política o fueron expulsados de ella. Han quedado y han ascendido los que no teniendo otra forma de prosperar en la vida se han limitado a una obstinada militancia, a una ilimitada disposición de obediencia, en el mejor de los casos, y de corrupción en el peor.”

“Con la distancia se ve claro que la Expo del 92 fue el primero en el catálogo sucesivo de los simulacros españoles, el ensayo general y el estreno, el modelo de una gran parte de lo que vino después: la predilección por el acontecimiento excepcional y no por el trabajo sostenido durante mucho tiempo; el triunfo del espectáculo sobre la realidad; la construcción de realidades efímeras a las que se dedicaban los fondos públicos que habrían podido emplearse menos vistosamente pero con frutos más sólidos; el gasto incontrolado y sin límites…”

Sin periodismo serio no hay sociedad democrática. Sin información contrastada y rigurosa cualquier debate es un juego de aspavientos en el aire.”

Se estructura a base de capítulos cortos (hasta un total de más de cien), hecho que contribuye a la intensidad del conjunto. El autor llama al trabajo bien hecho, por pequeño que sea, a “una serena rebelión cívica” en lo que califica de “la emergencia más grave que hemos tenido desde la Guerra Civil. “No tendremos disculpa si no hacemos todos lo poco y lo mucho que está en nuestras manos, en las de cada uno, para que no se pierda lo que tanto ha costado construir”, concluye.

Uno de esos libros que, al menos si uno es español, hay que leer.

6 comentarios:

  1. Me lo recomendaron el otro día, le tengo ganas =)

    Besotes

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  2. Qué casualidad. Pues ya somos dos, entonces. A ver si te animas. Saludos.

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  3. A mí me gusta mucho Muñoz Molina, lohe leído todo, lo leo cuando sale ya casi por tradición, este, sin embargo, al ser más ensayo y al decirme algunos amigos que no les había gustado lo he dejado de lado pero lo que veo aquí me interesa así que me lo llevo, me va a venir bien leerlo.

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  4. Coincido contigo, me parece un gran escritor. Tengo en espera el tocho "La noche de los tiempos". A mí este me ha gustado bastante, como creo que se habrá notado en la entrada. Si te pones con él ya nos contarás tus impresiones. Un abrazo.

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  5. Me lo agenciaré y lo leeré, ya te trasladaré mis impresiones Jesús. Ramón.

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  6. Muy bien, Ramón. Espero que no te decepcione. Nos vemos. Un saludo.

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