"Las obras de
los grandes poetas no han sido leídas por la humanidad, pues sólo
los grandes poetas pueden leerlas. Han sido leídas como la multitud
lee las estrellas, a los sumo astrológica, no astronómicamente. La
mayoría de los hombres ha aprendido a leer para servir a una ínfima
conveniencia, así como ha aprendido a calcular para llevar las
cuentas y que no la engañen en el negocio; pero poco o nada sabe de
la lectura como un noble ejercicio intelectual; sin embargo, leer, en
un sentido superior, no es lo que nos arrulla como un lujo y deja que
se duerman entretanto las facultades más nobles, sino sólo lo que
nos mantiene en vilo para leer, con devoción, en las horas más
alertas y despejadas."
Henry David
Thoreau, Walden (1854), traducción de Javier Alcoriza y
Antonio Lastra, Editorial Cátedra.
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