27 julio 2010

Ni de Eva ni de Adán


Como Estupor y temblores, este es otro libro de autoficción de la belga Amélie Nothomb. Tras haber abandonado el país a los cinco, Amélie vuelve a Japón a los veintiuno, y decide que lo mejor para aprender japonés será dar clases de francés, así que pone un anuncio en el supermercado. La relación con su alumno, un año menor que ella, pronto acaba en el terreno amoroso. El libro se centra en los pormenores de esta relación, que transcurre sin apenas problemas. De paso se nos muestra el contraste entre la vida nipona y la occidental. La novela está plagada de referencias a la cultura y costumbres japonesas, que son en mi opinión las que hacen interesante el libro, más que la relación entre Rinri y Amélie.
Así, con una prosa clara, ágil y concisa, la belga nos cuenta un viaje a Hiroshima, la obligatoria ascensión al monte Fuji, que adquiere tintes espirituales, o retrata a los japoneses, como por otra parte es lógico, como gente honesta, que admira cuadros que a ella le parecen “hermosos e incomprensibles” o que llega a las siete si son citados a las siete y cuarto, al contrario del tópico español, según el cual sales de casa a las nueve menos cuarto porque has quedado a las ocho y media. También comenta la costumbre, aquí impensable, de dejar la cartera en la butaca del cine mientras uno va al baño. Ni que decir tiene que a la vuelta no falta una sola moneda.
Una novela entretenida, corta y de digestión rápida, escrita desde una fina ironía no exenta de ternura. La belga consigue crear cierta complicidad con el lector.

23 julio 2010

Otra persona

Cuando leyó en el periódico sobre la exposición de pintura, el admirador de Hopper se imaginó en una sala de museo, contemplando una de las gasolineras solitarias de los cuadros del neoyorquino. La ciudad de la exposición distaba 720 kilómetros de su pequeña localidad, de la que nunca se había alejado en un radio superior a 100 kilómetros. Pero esta vez viajaría. Y lo haría, además, en bicicleta. “Igual, cuando llegue allí, soy otra persona”, se animó.
Veinte días después, con la barba algo crecida, constató mientras tomaba café enfrente del museo lo que, desde días atrás, le oprimía la zona intercostal en forma de vago presentimiento: la aventura había cambiado su manera de mirar las cosas, de sentirse en el mundo. Era, si bien sutilmente, una persona distinta. Pero a esa nueva persona -esto último lo comprobó, algo consternado, mirando Hotel Room- Hopper ya no le decía nada.

2008.

10 julio 2010

La ciudad


El protagonista de esta novela, cuyo nombre y pasado desconocemos, se muda a una casa desde hace mucho tiempo vacía, una casa de la que sale en mitad de la noche, antes de instalarse, para comprar comida. Bajo la lluvia, sin paraguas, dejando atrás jardines descuidados, pierde el rumbo hasta que un camionero lo libra del aguacero. Algo después, aunque parece que el camino no lleve a ninguna parte, llegará a la ciudad que da título a la historia, constituida por poquísimos e ilógicos edificios y que ni siquiera tiene un letrero anunciándola en la carretera.
Así comienza esta novela del uruguayo Mario Levrero, una novela breve, de capítulos muy cortos y aire kafkiano. Os gustará si disfrutasteis leyendo El proceso. Al leerla nos invade la sensación de que el libro va surgiendo de la nada, como de la niebla: nunca alcanzamos a saber qué pasará mucho después. Se trata por lo tanto de un relato enigmático, de atmósfera onírica. El incomunicado protagonista se ve inmerso en un mundo marcado por leyes que él no conoce, un mundo asfixiante, cercano a la pesadilla y donde predomina el absurdo.
No sé si alguno de vosotros lo ha leído, ni si comparte o no mi entusiasmo, pero para mí ha sido un descubrimiento, espero tener la oportunidad de leer más de Mario Levrero.
En La ciudad (1970) de cualquier situación surge lo insólito, hechos cotidianos como hacer la compra se convierten en algo extraño. El protagonista tiene la sensación de ser manejado y nos hace sentirnos como él. En un momento dado sospecha que es un juguete y se compara con una pieza de ajedrez, más que con un jugador.

“En esta ciudad no hay medios de transporte. Ello es lógico, si se tiene en cuenta que nadie, en general, tiene intenciones de llegar, o de irse.”
“-¿Y qué ha sacado en limpio, amigo? -preguntó.
-Casi nada -respondí-. Sólo que, evidentemente, en el mundo hay muchas cosas que no comprendo. (…) Y que cada día que pasa voy comprendiendo menos.”

22 junio 2010

Las mejores películas de la década

Termina una década de cine.
La siguiente lista de películas está obtenida a partir del cotejo de los dos ránkings más importantes según dicen de la red: Internet Movie Database y Filmaffinity. Me diréis que no os gustan las listas o que hay películas buenísimas que esta lista no incluye, pero al menos es una referencia de lo que más ha gustado a la gente durante estos diez años. Otra cosa sería lo que le gustó a los críticos: no cabe duda de que en esa otra lista no faltarían títulos como Dogville de Lars von Trier, u otros no tan llamativos para el gran público. En cualquier caso, las que la gente democráticamente ha elegido como las mejores películas de la década son las siguientes:

1. Ciudad de Dios
2. El pianista
3. El retorno del rey
4. El viaje de Chihiro
5. La vida de los otros
6. El caballero oscuro
7. Wall.e
8. Gran Torino
9. Amélie
10. La comunidad del anillo

Y vosotros, ¿las habéis visto? ¿Cuáles de ellas son vuestras favoritas? ¿Os gustaron otras que no están en esta lista?

17 junio 2010

Nunca me abandones


Hay muchas cosas que no entiendo. En cuanto a la novela que nos ocupa, no acabo de entender los halagos que ha recibido, ni alcanzo a ver los ecos de Blade Runner de los que se habla en la contraportada, ni atisbo el parecido con obras como El proceso o Un mundo feliz, ni veo cómo puede ser calificada de "utopía gótica".
Mientras leemos esta novela nos acordamos de los escritores de relato corto, que reclaman mayor atención para el género argumentando que es más adecuado a los tiempos, por ser más breve, más intenso y con menos partes accesorias. No recuerdo quién dijo que mientras que un cuento tiene que vencer por K. O., una novela gana a los puntos. A mi modo de ver esta novela no consigue noquear al lector en casi ningún momento.
Y es que Nunca me abandones (2005) es una novela lenta, más bien descriptiva, donde, más que acontecer, las cosas se explican. Es difícil que el libro entusiasme, porque carece de momentos verdaderamente intensos, no nos llega salvo en momentos puntuales ni un atisbo de emoción y, si bien está escrito con una prosa transparente que contribuye a una lectura fácil, le falta a mi juicio densidad, tensión interna, contenido. Por supuesto estoy contando mi impresión al leer el libro, cada cual tendrá la suya, no es que uno disfrute criticando un libro, más bien resulta triste notar que una novela falla.
La historia se centra en la vida en un internado británico, Hailsham, y particularmente en las relaciones entre tres chicos: Ruth, Tommy y Kathy, que es quien narra la historia. Sabemos que allí se les educa para ser creativos y que cuando salgan, a los dieciséis, empezarán a donar algunos de sus órganos. Más tarde nos enteramos de que todos los alumnos de Hailsham son clones, y una vez que están fuera alguno de ellos intenta encontrar a la persona a partir de la cual ha sido clonada. Este hecho confiere a la historia trazos de ficción científica, pero la verdad es que tampoco se ahonda mucho en el tema.
En los personajes tampoco se profundiza mucho, y en las trescientas cincuenta páginas de la novela no pasa nada para mí verdaderamente memorable, uno no se explica cómo se pueden llenar tantas páginas con tan poco. Sólo en momentos puntuales (al principio, al final) consigue el autor crear cierto clima de misterio.
Por lo demás, estamos convencidos de que el renombre de Kazuo Ishiguro se asienta sobre obras mucho más sólidas que Nunca me abandones.

10 junio 2010

Canino (2009)


  • Línea argumental: tres hijos viven con sus padres en una finca de la que nunca han salido. En esa casa los zombies son flores amarillas, una autopista un viento fuerte, y si les pides que te den el teléfono te pasan el salero. La única persona del exterior a la que ven es a Christine, llevada por el padre para satisfacer las necesidades sexuales de su hijo.
  • Comentario: dicen que la educación lo es todo, y esta película griega parece corroborarlo. Insólita, cruda y desasosegante, además de un poco claustrofóbica, Canino nos invita a reflexionar sobre ciertas estrategias empleadas por los totalitarismos, la importancia de tener el control del lenguaje o el precio que debemos pagar por nuestra seguridad en las sociedades actuales. Los actores alcanzan en mi opinión la brillantez, haciendo creíbles y cercanos a sus personajes. Toda una sorpresa. Muy recomendable para todos aquellos que busquen cine "de autor" un poco diferente.

04 junio 2010

Cándido


Hay un dicho según el cual un pesimista es sólo un optimista bien informado. El protagonista de esta novela de Voltaire desmiente ese dicho. Cándido se ha criado en un castillo, nunca ha viajado y le han contado que todo ocurre siempre de la mejor manera posible y que vive en el mejor de los mundos. Un día lo pillan besando a la hermosa Cunegunda y es expulsado del castillo, momento en el que empiezan todas sus desdichas. Pasa por mil lugares y aventuras, se ve envuelto en mil desgracias pero, a pesar de todo, sigue manteniendo su optimismo, sigue pensando, como le dijeron de pequeño, que todo es bueno en el mundo.
Se trata de un libro satírico con el que Voltaire pretendía criticar el optimismo de Leibniz mediante este personaje. Dice Cándido: “Van a asarnos o a cocernos vivos. ¡Ah! ¿Qué diría ahora el maestro Pangloss? Todo es bueno en el mundo; lo acepto, pero creo que resulta demasiado cruel haber perdido a la señorita Cunegunda y ser luego asado por los orejones”. Se muestra así lo ridículo, lo ingenuo del optimismo del protagonista, que no por azar se llama Cándido. En cambio, Voltaire parece defender la idea que aparece en el prólogo de la Celestina, según la cual todo en el mundo es lucha de unas cosas con otras y que, como decía Hobbes, el hombre es un lobo para el hombre.
Por otro lado, en un momento dado se critica el colonialismo y la explotación de Europa en las tierras de ultramar, cuando un personaje negro, tras exponer sus desgracias, concluye: “Ved a qué precio coméis el azúcar en Europa”.
Se trata en definitiva de un cuento moral o filosófico típico de la Ilustración, publicado en 1759. Un libro corto que en algún momento resultará algo rudimentario al lector actual pero que está lleno de aventuras: saqueos, asesinatos, duelos, huidas, largos viajes…

27 mayo 2010

Gerry (2002)




Esta es una película controvertida. Ante ella caben, por lo menos, tres posicinamientos. Hay quienes la consideran una obra maestra. Para otros es un timo, una película para “gafapastas”, perfecta, sí, pero para quedarse dormido. También están, por último, los que se sitúan en un término medio. A ellos me uno.
La línea argumental es sencilla: tras salir del coche, dos jóvenes se salen de un camino que recorrían y quedan de buenas a primeras perdidos en medio del desierto. Poco más hay que contar. A partir de ahí, la película está construida a base de largos silencios (atenuados por la música de Arvo Pärt) y planos largos, -muy largos- que confieren una gran lentitud al conjunto, una atmósfera hipnótica propicia para la reflexión. El problema es que, a mi modo de ver, tampoco hay mucho sobre que reflexionar. Si Gus van Sant quería hacer una película a lo Tarkovsky no está del todo a la altura, en mi opinión. Quizá el quid de la cuestión esté en cómo transmitir la sensación de vacío sin hacer una película vacía. Supongo que se trataba de generar en el espectador esa sensación de vacío, de hallarse perdido, a lo que ayudan los espectaculares paisajes desolados. De todos modos, no es fácil mantener el interés, y si Gerry en muchos momentos consigue sus objetivos, en otros se instala en el tedio más anodino. Se hace repetitiva. Pero, con todo, constituye un intento de hacer algo distinto al cine más convencional.