Este libro creó polémica cuando se publicó hace unos años en Francia. Y catapultó a su autor, Michel Houellebecq, al estrellato. Houellebecq es de esos autores de los que se puede decir que no dejan indiferente a nadie. Denostado como misógino, racista y pornógrafo, o ensalzado al lugar de mejor escritor francés vivo (así lo considera Fernando Arrabal), es tan fácil demonizarlo como entronizarlo. En estos tiempos de lo políticamente correcto, resulta un autor interesante, en tanto que hace reflexionar sobre cosas esenciales. En sus libros puede llegar a cansar la tendencia a lo pornográfico, que espantará a los lectores más timoratos; sin embargo, Houellebecq se descuelga cada poco con reflexiones de peso que hacen sus libros valiosos:
“La desgracia sólo alcanza su punto más alto cuando hemos visto, lo bastante cerca, la posibilidad práctica de la felicidad”
Las partículas elementales (1998), una de sus novelas más celebradas, se centra en la vida de dos hermanastros, Michel y Bruno. Ambos han sido criados por sus abuelas y disfrutan en el presente de una relación estable, pero mientras Michel es un eminente científico para el que el sexo no es importante, Bruno cultiva una sexualidad desenfrenada y tiene todas las papeletas para caer mal al lector: es racista, misógino…
La obra es pesimista y desprende un profundo desengaño:
“El humor no nos salva; no sirve prácticamente para nada. Uno puede enfrentarse a los acontecimientos de la vida con humor durante años, a veces muchos años, y en algunos casos puede mantener una actitud humorística casi hasta el final: pero la vida siempre nos rompe el corazón. Por mucho valor, sangre fría y humor que uno acumule a lo largo de su vida, siempre acaba con el corazón destrozado. Y entonces uno deja de reírse. A fin de cuentas ya sólo quedan la soledad, el frío y el silencio. A fin de cuentas, sólo queda la muerte.”
La prosa es muy directa: Houellebecq dice sin circunloquios lo que otros expresarían dando un rodeo. Nunca cae en el eufemismo. Y va al grano. Analista de la época que le ha tocado vivir, reflexiona con frases contundentes acerca de mayo del 68 o las increíblemente acertadas predicciones de Huxley en Un mundo feliz.
Dicen los que entienden que en la obra del francés, que reside por cierto en Almería, influyen escritores como el Marqués de Sade y Louis-Ferdinand Céline, el autor del Viaje al fin de la noche.
Para los que tachan a Houellebecq de misógino (sin ánimo de defender a nadie, sólo tengo pruebas de que lo son algunos personajes de sus novelas, aunque claro, aún no he leído Plataforma) valga este fragmento:
“En la historia siempre han existido seres humanos así. Seres humanos que trabajaron toda su vida, y que trabajaron mucho, sólo por amor y entrega; que dieron literalmente su vida a los demás con un espíritu de amor y de entrega; que sin embargo no lo consideraban un sacrificio; que en realidad no concebían otro modo de vida más que el de dar su vida a los demás con un espíritu de entrega y de amor. En la práctica, estos seres humanos casi siempre han sido mujeres.”
“La desgracia sólo alcanza su punto más alto cuando hemos visto, lo bastante cerca, la posibilidad práctica de la felicidad”
Las partículas elementales (1998), una de sus novelas más celebradas, se centra en la vida de dos hermanastros, Michel y Bruno. Ambos han sido criados por sus abuelas y disfrutan en el presente de una relación estable, pero mientras Michel es un eminente científico para el que el sexo no es importante, Bruno cultiva una sexualidad desenfrenada y tiene todas las papeletas para caer mal al lector: es racista, misógino…
La obra es pesimista y desprende un profundo desengaño:
“El humor no nos salva; no sirve prácticamente para nada. Uno puede enfrentarse a los acontecimientos de la vida con humor durante años, a veces muchos años, y en algunos casos puede mantener una actitud humorística casi hasta el final: pero la vida siempre nos rompe el corazón. Por mucho valor, sangre fría y humor que uno acumule a lo largo de su vida, siempre acaba con el corazón destrozado. Y entonces uno deja de reírse. A fin de cuentas ya sólo quedan la soledad, el frío y el silencio. A fin de cuentas, sólo queda la muerte.”
La prosa es muy directa: Houellebecq dice sin circunloquios lo que otros expresarían dando un rodeo. Nunca cae en el eufemismo. Y va al grano. Analista de la época que le ha tocado vivir, reflexiona con frases contundentes acerca de mayo del 68 o las increíblemente acertadas predicciones de Huxley en Un mundo feliz.
Dicen los que entienden que en la obra del francés, que reside por cierto en Almería, influyen escritores como el Marqués de Sade y Louis-Ferdinand Céline, el autor del Viaje al fin de la noche.
Para los que tachan a Houellebecq de misógino (sin ánimo de defender a nadie, sólo tengo pruebas de que lo son algunos personajes de sus novelas, aunque claro, aún no he leído Plataforma) valga este fragmento:
“En la historia siempre han existido seres humanos así. Seres humanos que trabajaron toda su vida, y que trabajaron mucho, sólo por amor y entrega; que dieron literalmente su vida a los demás con un espíritu de amor y de entrega; que sin embargo no lo consideraban un sacrificio; que en realidad no concebían otro modo de vida más que el de dar su vida a los demás con un espíritu de entrega y de amor. En la práctica, estos seres humanos casi siempre han sido mujeres.”
¿Puede ser que el autor utilice personajes que provocan rechazo socialmente para crear expectación lectora? Nunca había oído hablar de este escritor pero detecto que su afán es la de no ser indiferente pq no me explico que concentre en un personaje todos los "defectos" de una sociedad.
ResponderEliminarMe lo leeré, ha despertado mi interés.
Un saludo
Lo he leído a medias... ¡porque lo tengo! :) Además lo leeré en breve, ya te contaré. Iba a ir para el IMM pero tendré que hacer otro...
ResponderEliminarPrometo regresar cuando ya lo haya leído, no quiero saber de más...
A mí siempre me ha llamado mucho la atención, en especial este libro y Plataforma. Me parece un autor interesante y que a priori me parece inteligente. Besos.
ResponderEliminarEva: Houellebecq me parece, como dice Vero, un tío inteligente, pero también hay que tener en cuenta que es un provocador nato. He leído un par de libros suyos y en los dos hay mucho sexo, da cabida a comportamientos que son sencillamente propios de degenerados. A ratos me cansa esto, pero en general me parece un autor interesante. Un abrazo.
ResponderEliminarLahierbaroja: Sí, ya lo había visto en tu estantería. La verdad es que la reseña no destripa nada del libro (creo), puedes leerla sin problemas. Ya me contarás. Un beso.
Vero: Parece que coincidimos. "Plataforma" pienso leerlo dentro de un tiempo, pero me han contado que se pasa un poco. Besos.
A mi me encantó este libro, recuerdo que leí primero Plataforma y seguidamente este, me impactó su forma de escribir.
ResponderEliminarSiempre lo recomiendo
"Plataforma" lo tengo pendiente. Gracias por dejar tu opinión.
ResponderEliminarMe parece interesante, todo autor que se salga de lo políticamente corrwcto y de lo de siempre, me interesa, lo buscaré. Un abrazo
ResponderEliminarA ver qué te parece, Carol.
ResponderEliminarSus personajes, sus temas, me producen rechazo; su tratamiento del sexo, vulgar .... aunque escriba bien, no puedo con un libro que me desazona, me deprime y cuyo protagonista me asquea. Que le voy a hacer, pero tal que así. Un saludo
ResponderEliminarNo me extraña, es un autor polémico y no a todo el mundo le gusta, es demasiado provocador (para mi gusto), pero ya digo, lo que he leído de él me ha resultado interesante, aunque me cansa su tendencia a la pornografía, por decirlo así. La verdad es que es difícil empatizar con unos personajes que parecen sencillamente degenerados, quizá el rechazo sea lo más natural ante sus libros, no sé. Gracias por dejar tu opinión. Un saludo.
ResponderEliminarIntento recordar algo del libro pero nada!! Lo leí hace años, me pareció diferente, algo fuerte por momentos, pero solo me han quedado sensaciones; no me acuerdo de nada más, de nada en concreto. Extraño, no?
ResponderEliminarUn beso, Jesús.
Pues no es tan extraño, a veces pasa que nos queda un recuerdo algo difuso de una novela poco tiempo después de haberla leído, a mí por lo menos me suele pasar, y más aún si uno está un poco saturado de historias, entre libros, películas y demás... Besos
ResponderEliminarAcabo de terminarlo (hoy mismo). Me ha gustado... mucho, podría decir, aunque no sea un libro "normal", quiero decir, que como dices en la entrada, puede provocar rechazo durante una parte de la novela, pero es tan distinto a los demás, es directo, es interesante, escribe bien...
ResponderEliminarCoincido contigo en que no es un autor que le pueda gustar a todo el mundo, pero es muy interesante.
A ver si se me ordenan las ideas y hago una reseña que se entienda... ;)
Saludos y pasa un buen fin de semana.
¡Bien!
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado Houellebecq.
Como dices no es un libro "normal", y siempre está la posibilidad de que asquee al que lo lee. Pero ya digo, aunque sea un provocador me parece un tío interesante.
Espero tu reseña.
Besos y gracias por estar ahí.
Lo estoy leyendo ahora, debo confesar que me gusta la trayectoria de la historia pero al mismo tiempo me produce un efecto semi depresivo. Demasiado crudo y agrio. Tengo 35 años y nunca había pensando en cómo envejecen -físicamente- las mujeres hasta ahora. Es extraño, a ratos tengo que hacer pausas para pensar con calma por qué escribe lo que escribe
ResponderEliminarHola, Gabriela. Pues la verdad es que no es un libro nada optimista, es crudo como dices, parece escrito desde un profundo desengaño.
ResponderEliminarCon respecto a lo de envejecer, en otro libro suyo escribe que con el paso del tiempo uno acaba siendo como una fregona vieja. La imagen no es muy positiva que digamos...
Espero que disfrutes con lo que te queda de lectura.
Gracias por comentar.
"Disfrutar" no es la palabra, "asimilar" viene más a cuenta. Estoy tentada a dejar la novela por un rato, aún en el trabajo pienso en el cabroncito de Bruno y algo de él aparece en las personas que me rodean. La microesfera literaria se confunde un poco con la realidad. No sé si esa sensación me gusta del todo, pero bueno... ya veremos cómo acaba la cosa y que tan torcida me deja la mente al final.
ResponderEliminarSaludos
muy buen artículo, le felicito y de paso lo invito a leer en mi blog. este autor me ha llevado a grandes reflexiones, de sus escritos nació el tema para uno de mis poemas "Infancia".
ResponderEliminarespero podamos compartir muchas más lecturas
Muchas gracias... Estaría encantado de visitar su blog, pero ¡necesito la dirección! Quiero decir: no puedo acceder a él desde su perfil, ya que no se me permite verlo.
ResponderEliminarUn saludo y felices lecturas.